Muchos emprendedores se asocian a grandes cadenas para montar su propio negocio por sus ventajas, pero no tienen en cuenta que deben revisar la letra pequeña y las condiciones que imponen los franquiciadores.

Montar un negocio desde cero no es sencillo, lo que lleva a muchos autónomos a fijarse en el modelo de franquicia. Emprender bajo una marca consolidada parece, a primera vista, una forma segura de lanzarse al mercado.

Las cifras del sector refuerzan esapercepción, con una facturación al alza que supera ya los 27.000 millones de euros y tasas de crecimiento del empleo cercanas al 5%.

Sin embargo, expertos en franquicias advierten de que estos datos no reflejan la realidad que afrontan los autónomos que invierten su capital en un negocio franquiciado.

  1. Los franquiciadores consideran que es un momento favorable para nuevas aperturas
  2. La relación entre autónomo y franquiciador está desequilibrada
  3. ¿Qué autónomos deberían plantearse abrir una franquicia?
  4. Los riesgos ocultos en los contratos de franquicia para los autónomos
  5. Qué debe vigilar un emprendedor antes lanzarse al mundo de las franquicias

Los franquiciadores consideran que es un momento favorable para nuevas aperturas

Los últimos informes de las asociaciones de franquicias dibujan un panorama muy positivo. Apoyándose en el Startup Sentiment Index, destacaron que el 63,4% de los potenciales emprendedores considera que ahora es un buen momento para iniciar un negocio, y el 81,5% cree que las condiciones para abrir una franquicia serán las mismas o mejores en los próximos meses.

El entusiasmo se refleja también en las cifras económicas que resaltó la Asociación Española de Franquicias. Según sus datos, en 2024 el sector alcanzó 27.623 millones de euros de facturación y generó 318.313 empleos, con un crecimiento del 4,8% respecto al año anterior.

Xavier Vallhonrat, presidente de la Associació de Franquícies de Catalunya (AFC) afirmó también que el ecosistema de franquicias “no solo presume de una estructura sólida, sino que también está en plena fase de adaptación y expansión”.

Todo ello les llevó a afirmar que “el alto nivel de confianza anticipa un 2025 favorable para nuevas aperturas”. Una coyuntura en la que muchos autónomos se plantean si es un buen momento para abrir una franquicia.

La relación entre autónomo y franquiciador está desequilibrada

Ese clima aparentemente favorable, sin embargo, no convence a todos. El abogado especializado en contratos de franquicia, José Zamarro Barberà, expuso a este medio que los datos difundidos por asociaciones y franquiciadores no reflejan la rentabilidad real de los autónomos invierten en este modelo.

Para este experto que también ha sido franquiciado, los argumentos que ofrecen las asociaciones sectoriales se sostiene sobre un análisis de las cifras macroeconómicas pero “son parciales e interesadas” porque no ofrecen “datos clave como la tasa de cierres, recuperación de la inversión o nivel de endeudamiento” y siempre están orientados a “exclusivamente a la captación de futuros franquiciados”.

Zamarro, con amplia experiencia en la defensa de los franquiciados, apuntó a que no hay una relación entre iguales porque el autónomo “asume prácticamente todos los riesgos financieros y operativos, mientras que el franquiciador percibe ingresos recurrentes y mantiene contratos de adhesión muy desequilibrados”.

Reunión de negocios entre emprendedores analizando una propuesta de franquicia

¿Qué autónomos deberían plantearse abrir una franquicia?

Con todo, hay autónomos que pueden encontrar en el modelo de franquicia una fórmula que se ajuste a sus necesidades para abrir su propio negocio.

Es el caso de las personas con poca experiencia empresarial que buscan el respaldo de una marca reconocida. También desde la asociación de franquicias destacaron que hay emprendedores que prefieren procedimientos ya probados y cierta seguridad en lugar de la independencia absoluta.

Aunque Zamarro reconoció que esta fórmula puede ser interesante para “ciertos perfiles”, también advirtió que “jamás debe emprenderse confiando únicamente en la información que aporta el franquiciador ni mucho menos por un articulo de prensa” ya que “esa información es siempre parcial, y apoyarse solo en ella puede llevar a errores muy costosos”.

Los riesgos ocultos en los contratos de franquicia para los autónomos

Detrás del encanto de una marca consolidada pueden esconderse cláusulas contractuales que comprometen al franquiciado durante años. Entre las más habituales, Zamarro enumeró las siguientes:

  • Obligación de comprar únicamente a proveedores designados por el franquiciador.
  • Facultades de rescisión unilateral por parte del franquiciador.
  • Responsabilidad personal del franquiciado –en ocasiones incluso de su cónyuge– con todo su patrimonio.
  • Cláusulas de no competencia tras la finalización, que impiden emprender en el mismo sector durante años.
  • Multas y penalizaciones desorbitadas para el caso de resolución unilateral por el franquiciado.

Teniendo estas disposiciones en cuenta, el emprendedor puede convertirse fácilmente en un inversor cautivo más que en un socio independiente.

Qué debe vigilar un emprendedor antes lanzarse al mundo de las franquicias

Es por ello que este letrado aconsejó a los autónomos que antes de dar el paso, analicen la inversión con criterios realistas al revisar la viabilidad del negocio teniendo en cuenta ubicación, márgenes, nivel de competencia y costes ocultos.

También insistió en que los autónomos no deben dejarse llevar por los informes de prensa o las promesas comerciales del franquiciador.

Para tomar llevar a cabo estos análisis previos a la firma cualquier tipo de contrato, recomendó contar con asesoramiento profesional independiente de un abogado especializado en franquicias. En su opinión, la especialización “es esencial” en estos casos porque “muchos profesionales del derecho no conocen en profundidad los contratos complejos de este sector y una revisión superficial no protege al futuro franquiciado”.

En definitiva, la franquicia no es una garantía de éxito ni una estafa segura para los autónomos. Puede ser una vía de emprendimiento válida para algunos perfiles, siempre que se evalúe con rigor y se negocien bien las condiciones.

En otras ocasiones, puede convertirse en una jaula dorada para un emprendedor en la que un negocio que parece atractivo termine obligando a asumir obligaciones y riesgos que no compensan la inversión.

Una decisión que, siguiendo las reflexiones del experto en la defensa de los franquiciados, debe tomarse con prudencia, con especial atención a la letra pequeña para no caer en una trampa que pueda comprometer los ahorros de toda una vida e, incluso, afectar a la vida familiar del autónomo.